Y del Señor Jesucristo nuestra esperanza (1e). Aunque en el trino Dios está nuestra esperanza, a Jesucristo se le llama así porque al aceptarlo como Salvador, se inicia dicha esperanza—que abarca todo en nuestra vida, la confianza al morir y la resurrección (1 P. 1:3). Pablo vio a Cristo resucitado y nos alienta recordándonos que Él es nuestra esperanza viva.6 A Timoteo (2a). Es el destinatario, aunque Pablo sabía que la carta sería leída por líderes de Éfeso que habían empezado a enseñar una doctrina
Page 13